El 18 de abril escribía una entrada relatando mi participación como operador en el diploma que URE ha organizado con motivo de su 70 aniversario. Hoy, 11 de junio, dos días después de haber concluido el evento, tan solo cabe dar la enhorabuena por los resultados obtenidos, cuyas cifras son espectaculares por su magnitud, llegando a casi 1.200.000 QSO en un diploma que ha sido seguido por 93.000 radiaficionados de todo el mundo.
Los foros de URE o las redes sociales de muchos compañeros se han llenado de comentarios de la más diversa índole. Bien es cierto que la mayoría han sido positivos, de aliento, ánimo y enhorabuena, aunque siempre están los destructores profesionales, u odiadores por sistema, afortunadamente son los menos.
La Unión de Radioaficionados Españoles, URE, comenzó su andadura hace nada menos que 70 años. Corría el año de 1949 cuando el 1 de abril un grupo de radioaficionados ponía en marcha, en unos tiempos muy difiíles, la asociación que empezó entonces a defiender los derechos de los radioaficionados de nuestro país. Miembro de la IARU, y como en cualquier ámbito, con luces y sombras, URE ha sido y es la asociación a la que cualquier radioaficionado español debería pertenecer, dejando de lado lo que nos separa para centrarnos en lo que nos une, la pasión por la radio.

Para celebrar esta importante efeméride, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta que los radioaficionados siempre estamos presentes en aquellos eventos o acontecimientos relevantes que tienen lugar en nuestro entorno, desde URE se ha preparado una celebración a lo grande, incluyendo en este cumpleaños una serie de actividades, destacando entre ellas el Diploma 70 Aniversario.
No soy el único radioaficionado que cuando reconoce tal condición a un amigo o conocido, recibe la ya clásica respuesta de "¿pero aún existen los radioaficionados?". Ante ella cabe poco que decir, pues hay tanto que contar que es preferible quedarnos en un simple "sí, aún no nos hemos extinguido" que entrar en disquisiciones más profundas que expliquen por qué preferimos usar nuestros equipos y antenas para comunicarnos a lo largo y ancho del mundo en lugar de usar las redes sociales o la mensajería instantánea por internet.
Nuestro imprescindible aliado en esta tarea de comunicarnos con estaciones de todo el mundo no vive precisamente su mejor época, más bien todo lo contrario, con un ciclo solar 24 que es el menos activo de los últimos 200 años y que parece no acabarse nunca.
¿Y qué tienen que ver las manchas solares con los 59 y mi aparición en una reseña de la QST?
Pues todo. He hecho intencionada referencia a este aspecto esencial de nuestras comunicaciones precisamente para poder irme al extremo opuesto y dejar así patente que los radioaficionados, en el fondo, somos una gran familia global que, después de todo, antepone lo verdaderamente importante frente a 59, acreditaciones para el DXCC, manchas solares o los más diversos rankings.
Mi última entrada en el blog fue en julio de 2018, y desde entonces hasta hoy, nada menos que seis meses después, mi actividad en radio ha estado muy limitada precisamente como consecuiencia de ese eslabón más débil que menciono en el título.
Gastamos importantes cantidades de dinero en tener el mejor equipo, las mejores antenas, micrófonos, accesorios, etc, y en ocasiones un simple e ínfimo error puede dar al traste con nuestra posibilidad de hacer radio, dejando a nuestra cara instalación en stand by hasta que seamos capaces de encontrar ese elemento que ha fallado.

Hace unos días que me llegó la clasificación provisional del pasado concurso S.M. El Rey SSB 2018 con una puntuación solicitada que me llevaba a un, creo yo, meritorio quinto puesto. Ayer salieron los resultados definitivos, con las respectivas rebajas por comunicados inválidos, malas copias, etc, y finalmente 500 puntos han hecho que baje un puesto hasta la sexta posición, lo cual, en cualquier caso, sigue siendo igual de satisfactorio para mi.

Breve entrada para mostrar mi frustración porque no, no puedo hacer radio. El motivo se puede ver, o más bien oír, en el siguiente vídeo, que se puede resumir diciendo que tengo un ruido infernal desde los 160 hasta los 6m, continuo, incesante, y con señales de más de 20.
No es la primera vez que tengo esta maravillosa compañía en forma de QRM infernal, pues fue hace aproximadamente un año, también por estas fechas (julio), cuando apareció por primera vez. Entonces su presencia era esporádica y se limitaba a unas cuantas horas, aparentemente aleatorias, para posteriormente desaparecer. Entonces, al igual que ahora, un buen día llegó para quedarse más de un mes, de forma continua, 24h al día, 7 días a la semana.
Durante el cuarto fin de semana del mes de junio los amantes de los concursos tienen su momento en el que sin duda es el concurso organizado en EA con mayor relevancia, tanto nacional como internacional, el S.M. El Rey SSB. El que escribe no tiene los concursos como su actividad principal en la radio, pero si hago esporádicas incursiones en este mundo, y el S.M. El Rey es uno de los más atractivos, por su alta participación y prestigio.

Mi primera participación fue hace la friolera de 19 años, cuando en 1999 conseguí una discreta plaza 21 en modalidad mono operador multibanda SSB. Tuvieron que pasar 18 años para que volviera al concurso, y en 2017 mejoraba notablemente mis resultados con un más que meritorio noveno puesto, también en mono-operador multibanda.
Una de las intenciones al crear esta web es que sea, en cierto modo, una especie de diario de mi estación y mi andadura como radioaficionado, así que hoy dejo esta breve entrada para comentar qué me ha llevado a decirle adiós a mi querido TS-950SDX en favor de una línea Yaesu FT-2000D.
La radioafición es un hobby, y como cualquier otro son muchos los factores que entran en juego para poderlo desarrollar de forma satisfactoria. Los equipos que usamos son uno de esos elementos imprescindibles para poder llevar a cabo nuestra afición. No obstante, los radioaficionados deberíamos comenzar siempre la casa por el tejado. Esta afirmación es literal, y es que antes de invertir un solo euro en nuestro shack debemos dedicar el mayor esfuerzo económico posible en el mejor sistema radiante que nos permita la economía, el espacio disponible, y los no siempre comprensivos vecinos. En mi caso, de momento, tengo la mejor antena que el espacio me permite, así que el único margen de mejora posible está en el cuarto de radio.














